; PERO DIOS

No tengo idea de por cuanto tiempo he sufrido de ansiedad, pero conozco muy bien los eventos que hicieron que explotara. Todos tenemos un área en nuestra vida la cual es nuestra mayor debilidad y en la que, normalmente, ponemos nuestra confianza respecto a nuestro valor; conocer cuál es esta área es imperativo para poder trabajar en saber quiénes somos en Cristo especialmente en esa área. Para mi era/es los hombres, más específicamente la aceptación y amor de los hombres para sentirme suficiente; se que como cristiana y mujer adulta viviendo en el siglo 21 suena ridículo y estúpido, pero no estoy aquí para ser falsa sino para ser brutalmente honesta y se que no estoy sola en esto. Puedo decir con toda sinceridad en este momento, que he crecido mucho en esta área y estoy más segura que nunca en quién soy en Cristo y mi identidad en Él, pero esto no siempre fue el caso y esa debilidad me llevó al momento más oscuro de mi vida, pero también a el más lleno de gracia. Uno de mis mayores deseos siempre ha sido casarme (todavía estoy soltera) y decir que no soy la persona más paciente es poquito, especialmente cuando era más joven, entonces encontrar un novio siempre fue una prioridad en mi vida, lo que me hacía estar un poquito desesperada. Estaba permanentemente buscando la atención de los hombres de cualquier manera posible, con poco éxito debo añadir, hasta que entre a la universidad. Fue ahí dónde comencé a tener la atención de los hombres que siempre había querido y finalmente tuve mi primer novio y déjenme decirles, siendo la persona acelerada que solía ser, me enamoré de él más rápido de lo que uno debería permitirse enamorar de alguien, e intenté ser la novia perfecta (cosa que NO EXISTE). Pero todo eso no fue suficiente y después de tres meses él decidió, y cito, "nunca voy a poderte amar" y terminó conmigo, rompiendo mi corazón y dejándome con la idea que no era posible amarme a mí. Entonces ¿qué hice? Tratar de encontrar a alguien más para probarme a mí misma que de hecho si era digna del amor de un hombre; entonces mis "amigos" me presentaron a la persona que finalmente me destrozo. No pasó mucho tiempo antes de que empezara a salir con este nuevo hombre y el aparentemente era un gran hombre, un caballero. Al poco tiempo de la relación empezó a mostrara sus verdaderos colores: comenzó a ser controlador, celosos enfermizo, y lo peor de todo, no conocía el significado de la palabra no.

Para hacer corta una larga historia, él abusó de mi física, psicológica y sexualmente. La suma de esto más las palabras que me había dicho mi exnovio y algunas cosas complicadas que estaban sucediendo en mi casa me llevaron a pensar que yo no valía nada, que ya no tenía nada que darle a nadie y que sería un estorbo a todos los que estaban alrededor mío, por lo que estarían mejor sin mi. En otras palabras, empecé a pensar que todo sería mejor si estuviera muerta. Entonces si, tomé la decisión de suicidarme y como en ese momento estaba tomando pastillas para dormir porque estaba teniendo problemas para hacerlo, ya tenía mi plan, sin dolor, tranquilo, dormirme y nunca más volverme a despertar. Pero Dios tenía otros planes. Por alguna extraña razón, o, mejor dicho, porque Dios es bueno, la iglesia necesitaba un traductor para una misionera que iba a predicar allí y me llamaron a mí; en realidad yo no quería hacerlo, pero mi mamá me obligó. Entonces ese día traduje y cuando la misionera terminó de predicar empezó a orar por las personas y derrepente dijo, "hay alguien aquí que va a suicidarse y Dios quiere que sepas que Dios te ama mucho", y luego pidió que la persona que fuera pasara al frente para orar por él/ella, entonces cuando nadie pasó me volteé hacia ella le dije que era yo y comencé a llorar, todo esto en frente de toda la iglesia. Después de eso le dije a Dios que como yo no quería mi vida Él podía tenerla y hacer con ella lo que Él quisiera. Desde ese día comencé un largo y difícil proceso de superar primero lo que había pasado y segundo la depresión. Si, esa muy conocida palabra, pero no suficientemente comprendida cosa llamada depresión. La depresión no siempre es estar triste, no poder pararse de la cama y no poder lidiar con el día a día a veces la depresión es estar feliz, malhumorada, irritable y siempre es complicada. Entonces si, además de la ansiedad, con la cuál todavía estoy luchando exitosamente, también solía luchar con la gran d. Y déjenme decirles, ese proceso no fue nada fácil, primero porque me rehusé a buscar ayuda, lo que hoy en día pienso que fue muy necio de mi parte porque seguramente el proceso hubiera sido más corto de lo que fue, y segundo porque en ese momento no estaba fundamentada en las cosas de Dios, de hecho, eso fue lo que me llevó a empezar a fundamentar mi vida en Dios. A lo largo del proceso tuve muchos altos y bajos, y no estaba todo el tiempo acostada en la cama llorando, iba a la universidad, interactuaba con otras personas, y aún me reía mucho, pero eso no significaba que no estuviera luchando con la depresión. Significa que nuestras ideas acerca de la depresión son muy diferentes a lo que realmente es, y la mayoría de las veces esta es la razón por la cual no sabemos cómo ayudar a las personas que están enfermas en su alma. Así que, lo descartamos como si fuera solo una falta de renovar la mente o falta de oración y nos olvidamos o no tomamos en cuenta el hecho de que, de la misma manera que el cuerpo se enferma y necesita ser cuidado y dependiendo de la enfermedad necesita la ayuda profesional de un médico y medicina, la mente, el alma, también se enferma y también necesita ser atendida. De la misma manera que el cáncer necesita la quimioterapia, y la persona necesita ser cuidada por su familia y amigos cercanos, una persona con depresión, desorden bipolar, ansiedad, etc., necesita un tratamiento, un proceso, pero por sobre todo necesita ser cuidada por su familia y amigos cercanos para poder mejorar y vencer cualquiera que sea el quebranto de su corazón por cual esté pasando. Y nosotros, la Iglesia, somos parte de esa familia, de esos amigos cercanos, necesitamos ser el lugar hacia el que las personas que están rotas corran para buscar ayuda y la solución final a sus problemas, la cual es Dios; pero desafortunadamente debido a nuestra falta de conocimiento, nuestras ideas preconcebidas, nuestras ideas religiosas, nuestro miedo a lo que es diferente y nuestra actitud de que nosotros somos mejores, estamos haciendo todo lo contrario. Nosotros no estamos siendo la respuesta, estamos siendo parte del problema y no estamos representando a Jesús como deberíamos, ya que deberíamos estar sanando a los quebrantados del corazón de la misma manera que Él dijo que había venido a hacerlo y lo hizo. Durante mi proceso de superar la depresión también tuve que aprender a perdonar, tuve que aprender que mi valor viene de quién soy yo en Cristo, y tuve que aprender que tan amada soy por mi Padre Celestial, con un amor que nunca cambia y nunca se acaba sin importar las circunstancias. Estaría mintiendo si dijera que estuve completamente sola en este proceso, pero si me sentí juzgada muchas veces porque no estaba siendo lo que se suponía que debía ser en ese momento. Siempre me he preguntado si las personas que me juzgaron alguna vez pensaron en preguntarme qué era lo que estaba pasando o si necesitaba ayuda. Yo se que mi historia, mi testimonio es extraordinario, y hasta el día de hoy no entiendo por qué Dios impidió que me suicidara cuando hay tantas personas cristianos y aún pastores que se han suicidado, creo que estaba en el lugar correcto en el tiempo correcto. Ese día fue el primero de muchos derrepentes de parte de Dios en mi vida. Dónde yo puse un punto final Dios puso una coma y se presentó así mismo con el Dios de derrepentes, al cual podemos ver a lo largo de la Biblia: podemos ver como derrepente intervenía y cambiaba una situación y cuando las cosas parecían imposibles podemos ver un "PERO DIOS", y Él cambiaba toda la situación. Es por eso que oro por una iglesia que sea usada por Dios para ser el derrepente o el "pero Dios" de alguien lastimado, de alguien que esté pensando en quitarse su vida, pero pueda ver el amor de Jesús reflejado en las nuestras y se de cuenta que hay un plan y un propósito para la suya. Una iglesia que sane a los quebrantados del corazón, sin importar quién sea la persona, una iglesia que pueda ver a los otros con compasión y misericordia, ayudándolos a soportar sus debilidades, fallas y flaquezas como dice Romanos 15:1. Y para que la iglesia pueda hacer esto, debemos darnos cuenta que necesitamos la ayuda los unos de los otros. Necesitamos el conocimiento de médicos y psicólogos que puedan ayudar de una manera profesional, pero también y lo más importante, necesitamos ser la representación del amor de Dios en esta tierra para todos aquellos que están dolidos, no solo fuera de la iglesia, pero también y especialmente con aquellos que ya son parte de ella, y debemos dejar de solo hablar al respecto y empezar a hacerlo, a través de nuestras palabras y acciones. Esta es mi acción, si por alguna razón cualquiera que este leyendo esto está pasando por un momento difícil y experimentando depresión, Cristiano o no Cristiano, líder o no líder, no importa quién seas o que "posición" tengas, y aún has pensado en suicidarte porque pensaste que tu vida ya no valía la pena, por favor contáctame, yo estoy aquí, no estas solo(a), tu vales mucho y eres suficiente y estás aquí en esta tierra con un propósito, aún cuando no lo puedas ver y no sepas cuál es. Deja que Dios ponga una coma donde quisiste poner un punto final y le de un vuelco a tu vida así como lo hizo con la mía; Él no hace acepción de personas y si Él lo hizo por mí lo hará por ti también. Y ahora, al resto que está leyendo, ¿cuál será tu acción? ¿Conoces a alguien que este herido o este pasando por un tiempo difícil en su salud mental? ¿Cómo vas a demostrar el amor y la misericordia de Dios a ellos? ¿Cómo vas a ser un representante de Jesús como sanador de los quebrantados de corazón? El mundo esta herido y nosotros tenemos la respuesta, así que es tiempo de levantarnos y ser la luz y la sal que Dios nos ha llamado a ser.